La obra del túnel del Rañadoiro estará abierta al tráfico antes de final de año. Ese fue el compromiso que expresó el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, en su última visita a la zona y, con toda probablidad, podrá cumpirse. El túnel, de 1.800 metros, es sólo una parte de toda la obra, ya que también han tenido que levantarse tres puentes, tres estructuras, para salvar los desniveles del trazado y, además, permitir una total permeabilidad de la fauna de la zona, que podrá pasar por debajo de estos viaductos.
El director general de Carreteras, José María Pertierra, acudió ayer al túnel para estar presente en la colocación de una estructura metálica en el mayor de estos puentes. Esta estructura servirá de base para sostener el firme. En esta visita se pudo atravesar el túnel al completo y se pudo apreciar que el aglomerado ya está echado y que se está trabajando en la instalación eléctrica y en los paneles que sirven de aislamiento al corredor de evacuación y a todos los servicios de seguridad necesarios para que se cumpla la normativa europea.
Pertierra explicó que «ahora mismo lo que nos ocupa es la estabilización de algún talud y acabar con la instalación interior del túnel, pero se puede decir que la obra está vencida y que, sí, se podrá circular por aquí antes de que acabe el año». La última parte del proyecto, la escarificación del antiguo trazado, «se iniciará cuando ya esté en uso el tramo nuevo y durará unos dos meses, dependiendo del tiempo», aclaró el cargo del Gobierno regional.
La nueva obra conseguirá reducir en más de ocho kilómetros el trayecto entre Degaña y Cangas del Narcea y, por encima de todo, reducir la cota desde los 1.100 metros hasta poco más de 800, por lo que el mal tiempo típico de la zona tendrá mucha menos incidencia en el tráfico y permitirá que, aún con grandes nevadas, los vecinos del concejo de Degaña puedan acudir a Cangas o al centro de la región.
Pepe RODRÍGUEZ
La Nueva España